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A mi familia y Amigos
12/Sep/ 2005
Quiero compartir mis emociones sobre la infertilidad con ustedes, porque quiero que comprendan todos mi lucha. Sé que comprendiendo que la infertilidad es difícil van a poder entenderme; aunque hay ocaciones que parece que yo no comprendo tampoco. Esta lucha ha provocado emociones intensas y desconocidas en mí y temo que mis reacciones a estas emociones podrían ser entendidos mal. Espero que mi habilidad de enfrentar y su habilidad de comprender mejorará mientras comparto mis emociones con todos.
Ustedes pueden me describir en esta manera: obsesiva, malhumorada, indefensa, deprimida, envidiosa, seria, desagradable, agresiva, antagónica y cínica. Estas no son características admirables; no es de extrañar que su comprensión de mi infertilidad es difícil. Yo prefiero describirme en esta manera: confusa, apresurada e impaciente, asustada, aislada y sola, culpable y avergonzada, enojada, triste y sin esperanza y trastornada.
Mi infertilidad me hace sentir confusa. Siempre asumí que era fértil. Durante muchos años evité el embarazo, y ahora la ironía es que no puedo concebir. Espero que eso sea una dificultad breve con una solución simple como la habilidad de escoger el mejor momento para las relaciones sexuales. Me siento confusa y es que en realidad quiero estar embarazada y quiero ser madre. Seguramente si me esfuerzo más y por más tiempo con más aplicación yo tendré un bebé.
Mi infertilidad me hace sentir apresurada e impaciente. Me enterré de mi infertilidad después de mucho tiempo gastado en esfuerzos inútiles de embarazarme. De repente mi futuro llevó un retraso, no dio resultado y a cambio tengo en mi corazón una cicatriz eterna. Esperé a ser madre y ahora debo esperar otra vez. Espero para citas con médicos, espero para exámenes costosos, espero para tratamientos, espero para otros tratamientos, espero que no menstrúo, espero que mi esposo no este de viaje y espero para el embarazo. A lo mejor sólo tengo doce oportunidades cada año. ¿Cuántos años tendré cuando finalmente tendré mi familia? ¿Cuando no tenga más fuerzas? ¿Cuando no tengas suficiente pasiencia?
Mi infertilidad me hace sentir asustada. La infertilidad está llena de desconocidos y estoy asustada porque necesito respuestas definidas. ¿Cuánto tiempo durará esta condición? ¿Quizás nunca seré madre? ¿Qué humillación debo aguantar? ¿Qué dolor debo sufrir? ¿Por qué es que las drogas que tomo para ayudarme en vez me hacen sentir peor? ¿Por qué es que mi cuerpo no hace las cosas que mi mente quiera que lo haga? ¿Por qué siento tanto dolor? Tengo miedo de mis emociones, tengo miedo de mi cuerpo que no es dependiente, y tengo miedo de mi futuro.
Mi infertilidad me hace sentir aislada y sola. Recuerdos de bebes están por todos lados. Debo seguir aguantando esta maldición invisible. Evito los demás porque todo me causa dolor. Nadie sabe lo horrible que es mi dolor. Aunque usualmente pienso con claridad, ahora me encuentro seducida por supersticiones y promesas. Pienso que estoy perdiendo la perspectiva. Me siento tan a solas y me pregunto si lo puedo sobrevivir.
Mi infertilidad me hace sentir culpable y avergonzada. Con frecuencia olvido que la infertilidad es un problema médico y debe tratarse así. La infertilidad destruye mi amor propio y me siento como un fracaso. ¿Por qué estoy siendo castigada? ¿Qué hice para merecer eso? ¿Es qué no merezco un bebé? ¿Es qué no soy una buena compañera sexual? ¿Querrá mi esposo quedarse conmigo? ¿Es eso el final de mi linaje? ¿Tendrá mi familia vergüenza de mí? Es fácil perder confianza en sí misma y de sentir avergonzada.
Mi infertilidad me hace sentir enojada. Me enojo con todo y sé que una gran parte de este enojo está dirigido equivocadamente. Estoy enojada con mi cuerpo porque lo me ha traicionado, tal vez por que no siempre lo he tratado bien. Estoy enojada con mi esposo porque no podemos sentir lo mismo sobre la infertilidad al mismo tiempo. Yo quiero y necesito un defensor para ayudarme.
Estoy enojada con mi familia porque siempre me ha resguardado y protegido de tremendo dolor. Mi hermana menor está sola y con 2 hijos; mi madre quiere una reunión de familiar todos sus nietos y mis abuelos quieren distribuir las reliquias de familia. Estoy enojada con mis médicos porque parece que ellos controlan mi futuro. Ellos me humillan, me infligen dolor, invaden mi vida privada, me patrocinan y a veces olvidan quien soy, olvidan tratarme como persona. ¿Cómo puedo explicar a ellos lo importante que es para mí ser madre?
Estoy enojada con mi economía; los tratamientos de infertilidad son muy caros. ¿Mis recursos financieros deben determinar el tamaño de mi familia?. Mi compañía de seguros no es cooperativa, y debo sacrificar tanto para pagar las cuentas médicas.
No puedo faltar a mi trabajo, o voy a perder mi empleo. No puedo ir a un especialista, porque significa más tiempo viajando, más ausencias del trabajo y más gastos.
Finalmente, estoy enojada con todo el mundo. Todos tienen opiniones sobre mi incapacidad de llegar a ser madre. Todos tienen soluciones fáciles, como remedios caseros, milagrosos o incluso unos “Vacaciones” para “Desestresarnos”. Todos parecen que saben demasiado poco, y hablan por demás.
Mi infertilidad me hace sentir triste y sin esperanza. La infertilidad se siente como si he perdido mi futuro y nadie sabe de mi tristeza. Me siento sin esperanza; la infertilidad me roba de mi energía. Nunca he llorado tanto o tan fácilmente. Estoy triste que mi infertilidad me requiere a ser tan egocéntrica.
Estoy triste por que he desatendido muchas amistades porque esta lucha duele tanto y demanda tanta energía. Los amigos con niños prefieren la compañía de otras familias con niños. Estoy rodeado por bebes, mujeres encintas, fiestas, Baby-Shower, pláticas de partos difíciles, cuentos personales de nacimientos, películas para niños, fiestas de cumpleaños y mucho más. Me siento tan triste y sin esperanza.
Mi infertilidad me hace sentir trastornada. Mi vida está suspendida. Tomar decisiones sobre mi futuro inmediato y a largo plazo parece imposible. No puedo decidir sobre la educación, la carrera, fincar una casa, adquirir un animal doméstico, vacaciones, viajes etc. Cuanto más lucho con mi infertilidad, tanto menos poder tengo. Esta lucha no tiene horario; los tratamientos no tienen garantías. Con certeza sé que necesito estar con mi esposo durante los tiempos en que estoy más fértil y también cerca a mi médico para recibir tratamientos.
¿Debo pensar en la adopción? ¿Debo tomar medicamentos más caros? ¿Debo seguir un tratamiento médico más caro o más especializado? Uno se siente trastornado en que no hay respuestas definidas y tampoco no hay garantías.
De vez en cuanto siento que mi pánico disminuye. Estoy aprendiendo modos que me ayuda enfrentar mi infertilidad. Ahora estoy convencida que no estoy loca y creo que voy a sobrevivir.
Estoy aprendiendo a escuchar a mi cuerpo y a ser más asertiva y no tan agresiva con respecto a mis necesidades.
Estoy a punto de comenzar con una buena atención médica pero creo que ahora necesito una buena atención emocional y no siempre se encuentran en el mismo lugar.
Estoy tratando de ser más que una persona con infertilidad.
Estoy recobrando el entusiasmo, la alegría y el gusto por la vida